miércoles, 11 de junio de 2014

Mise en Abyme o Puesta en Abismo 

¿Alguna vez has tenido la sensación de desdoblamiento? Es un distanciamiento de tu cuerpo, como si estuvieras a los mandos de una nave, tripulando. Tu cuerpo como un mero recipiente en el que estás atrapado y al que vas guiando en ese plano corporal. Al mismo tiempo estás presente en otro lado, teniendo otros pensamientos que están a años luz del café que mientras tanto tus manos están sirviendo.

Eres consciente de lo que estás haciendo pero percibes esa vivencia desde una dualidad: tú mientras te sirves café y tú observando la acción y saliendote de ti para observarte desde una perspectiva distante. Quizá esto entra en esa frase filosófica del ser humano como sujeto cognoscente que tiene la capacidad de conocerse a así mismo. Para mí gusto es demasiado frío y pobre en matices para describir la sensación de extrañeza e irrealidad cuando esto te sucede. A veces, la verdad de una cosa es cómo se siente, no cómo se piensa.

El concepto de mareo que me genera todo esto vendría a ser “la puesta en abismo”; un pensamiento, imagen, narración, un maldito bucle que te atrapa. La imagen inocente que encuentras en una caja de cereales de una niña desayunando con esa misma caja de cereales a su lado, que a su vez contiene el dibujo de ella misma desayunado con esa caja de cereales y así hasta el infinito, el contenido y su contenedor, el huevo y la gallina.


La taza de café que se estrella en el suelo de tu cocina, que te contiene dentro de este planeta, que se encuentra en un universo de tantos multiversos que puedan existir. Sin descartar el universo de internet en el que existes en otro plano totalmente distinto, el virtual.

No quiero conformarme sólo con vivir la experiencia de mi cuerpo contenedor, tengo curiosidad en saber qué se siente siendo otra persona. Transmigrar a otro cuerpo es la esencia de los experimentos que desarrollo con nocturnidad y alevosia.

Foto de Matthew Spiegelman

A la pregunta ¿qué preferías estar muy buen@y ser tont@ pero feliz o ser una masa amorfa con un cerebro al 100% de su capacidad con una capacidad psíquica superior? La gran mayoría se queda con la primera opción. La de la belleza efímera. A mí me gusta pensar que optando por la segunda opción podría dominar mentalmente a quien quisiera -ojo, con la capacidad de control de Charles Manson y Picasso- . Cierto que sería horrend@ y no se me valoraría por mi físico pero no subestimemos otras fortalezas que actualmente están quedando en segundo plano pero que no se estropean con el tiempo como la belleza, si no que por el contrario se va adquiriendo más destreza y conocimiento y por ello, muy pronto os dejaré admirar mi próximo contenedor.







No hay comentarios:

Publicar un comentario